A nadie escapa a estas alturas que la música que suena a todo trapo en un centro comercial no es algo casual. Hay estudios que demuestran cómo determinados hilos musicales afectan a nuestros hábitos de consumo, induciéndonos directamente a la compra.
Del mismo modo, parece ser que a la hora de comprar un casa, el sentimiento de hogar que percibamos, nos va a inducir inconscientemente a la compra. ¿Y hay algo más indicativo de hogar que el olor a galletas recién horneadas?
En Estados Unidos, donde existe como profesión la persona encargada de preparar un piso antes de enseñarlo a los posible compradores, lo saben desde hace tiempo. Al parecer, a la hora de comprar un piso, no tomamos la decisión con la cabeza sino con el corazón; o en este caso, con el estómago.
Aprovechando el cruce de caminos, os informo de que unos amigos míos acaban de poner en alquiler un acogedor pisito en Lavapiés (Madrid). Si a alguien le interesa, dejad un comentario o enviarme un email y os doy más información.
Madre mía!! el marketing no conoce límites XDDD
ResponderEliminarAhora que lo dices, dudo que haya alguien que no se sienta atraído si se ve en esa situación.
El viejo truco de "despertar" sensaciones...
Anele.
Sí bonica... nos ganan por el olfato! :)
ResponderEliminarNo sé si ves la serie How I Met Your Mother, pero precisamente en uno de los capítulos van a ver una casa y aparece esa persona encargada de venderla que, justamente, ha horneado galletas.
ResponderEliminarKutxi, pues la empecé a ver y la llevo un poco retrasada. No he llegado a ese capítulo. Así que no es un mito... haberlos haylos... hmmm.
ResponderEliminarCon unas galletas no se si compraría pero si me hacen una buena carne al horno no pregunto ni el precio
ResponderEliminarJajaja, cómo te gusta un chuletón!!
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