En mi lista de cumpleaños, comenté que uno de los regalos que quería era un frigorífico Smeg de color rosa. El color quizá es lo de menos, me sirven también el verde menta y el azul claro... pero tiene que ser un Smeg.
Y es que no sé qué tiene ese aire retro de los años 50, esas líneas curvas, esos colores claros... pero llenan cualquier cocina, conviertiéndose en el foco de atención de ésta.
Convierten cualquier espacio, moderno, clásico, rústico, simple o cargado, en la cocina más acogedora que puedas imaginar.
Ya os he dicho que siento predilección por el rosa palo (creo que es el que más combina con mi casa), pero como véis, cualquiera de sus colores aporta sensación de hogar a la cocina. Yo sólo he destacado rosa, verde y azul, pero se fabrica en otros tonos (amarillo, negro, naranja, rojo...).
También existe en distintos formatos: dos puertas, una puerta, con congelador, sin congelador. Apto para todos los tamaños de cocina.
Creo que Smeg debería regalarme uno por el estupendo publi reportaje que les estoy haciendo a cuento de nada. Si lo hicieran, prometería a cambio un post con sus lavavajillas, lavadoras, cocinas y gama de electrodomésticos a juego con el frigorífico. ¡¡Tienen tantas cosas!!
Y para aquellos lectores que conocéis el tamaño de mi casa y mi cocina, esta última foto. A ver si os creéis que me vais a quitar la idea de la cabeza.
El verde menta me parece que le da un aire más retro todavía. La verdad es que son preciosos (hasta hay una Union Jack, ja, ja) aunque me gustan más los tonos pastel.
ResponderEliminarDecidirse por una sería muy complicado... menos mal que no me la puedo permitir, jaja!
ResponderEliminarSon preciosas!!!! es como hacer un viaje a lo retro con la tecnologia de hoy en día, lo más!!! con los dientes largos me quedo....
ResponderEliminar