miércoles, 24 de julio de 2013

Birmania: Paisajes

¿Preparados para el tostón de las fotografías de mi viaje? Para hacerlo más llevadero, como ya hice el año pasado, lo voy a repartir en varios post temáticos. Empiezo por los paisajes y por orden cronológico. Espero que os guste.

El primer destino al llegar a Birmania, fue Yangon. El primer día es siempre infernal, literalmente. Las temperaturas eran altas, pero no más que un verano en Madrid. Lo realmente horrible es la humedad de Asia. Si a eso le sumas el jet lag, las 48 horas seguidas despierta... ya os hacéis una foto de la situación.

Al lado de este lago, el Lago Kandawagyi, estuvimos casi dos horas, intentado recuperar algo de fresco.



Lago Kandawgyi

La Shwedagon Pagoda, como todas las demás, se recorre descalza. Creí que andaba sobre brasas...

Shwedagon Paya

Shwedagon Paya

De Yangon volamos a Bagan, la verdadera joya de la corona de Myanmar en cuanto a riqueza cultural y patrimonio artístico.  Pasamos varios días recorriendo los distintos templos de la ciudad.

En su época de máximo esplendor, entre el siglo XI y XIV, llegó a albergar hasta 4500 templos. Hoy sólo la habitan 5 mil personas y es una extensión de 26 kilómetros cuadrados, repleta de más de 3000 templos, más allá de dónde te alcanza la vista.

Bagan

Bagan
El primer día, hicimos la visita a los principales templos a pie. El segundo día, los hicimos en calesa de caballos y al siguiente, alquilamos bicicletas.

"Doce cascabeles tiene miiii caballoooo" - Bagan

Bagan

Imaginad cómo debe ser el terreno que, incluso desde la piscina del hotel, podía ver los templos. Un lujo para el cuerpo y para la vista. Además, así, a solas.  Birmana recibe aún escaso turismo, así que me he ahorrado la masificación de extranjeros y he podido hacer el viaje realmente a mi ritmo y gusto.

Mi piscina y yo...

Los deditos de Buda, todos del mismo tamaño, como manda el cánon

Los templos están casi todos restuarados aunque de forma bastante austera y pobre. Todos budistas (salvo algún perdido dedicado a los nats), albergan estatuas de un Buda repetido hasta la saciedad y antiguas pinturas en sus paredes. Lamenetablemente, han sufrido el expolio de muchísimas de sus obras.

Bagan

Si un día vais a Bagan, lo que sí o sí haréis, es ver atardecer desde lo alto de un templo. (De ahí es la foto que colgué el otro día).  La paz que se disfruta viendo ese tremendo espectáculo de la naturaleza es infinita.

Desde Bagan, partimos a Kalaw, en coche. Fue un trayecto bastante agradable por las carreteras y montañas del centro del país.  Por el camino, parada técnica obligada en el Monte Popa. 

Monte Popa

Situado en el cuello de un volcán, es el templo de los espíritus de la montaña. En su cima, hay cuatro picos, cada uno dirigido a los distintos puntos cardinales. Para subir, 777 empinados escalones (no es un número al azar, claro), que has de pisar descalzo, evitando cacas de mono. Porque, amigos, el Monte Popa está poblado por cientos de monos que, aunque muy riquiños, son muy traviesos y ladrones.

Mona & monito - Monte Popa

Al llegar a Kalaw, buscamos alojamiento y un guía para el treking que queríamos empezar al día siguiente. Y así conocimos a Puda, un chico muy joven que nos llevó durante los siguientes tres días por las montañas, desde Kalaw hasta los pies del Lago Inle.  Hicimos tres etapas de 25 kilómetros cada una y esta fue, sin duda alguna, la experiencia central del viaje.


Cerca de Kalaw - día 1
La ruta es por montaña pero atravesamos pueblos y vimos muy de cerca cómo viven en Birmania. Tan de cerca que, las dos noches que estuvimos allí, dormimos en casa de unos granjeros locales que nos dieron cobijo. Cobijo y poco más porque, realmente, no tenían mucho más que ofrecer.

Las casas no tienen agua corriente, luego os podéis imaginar cómo se gestiona el tema de ir al baño o de darte una ducha. Dormimos sobre una manta, en el suelo.  La comida fue abundante y preparada como un evento gastronómico. Primero comimos los invitados  y después la familia comió las sobras, como marca la cultura y tradición birmana.  Insistimos mucho en que nos acompañaran durante la cena, pero sonrieron y se negaron.


Cerca de Kalaw - día 1

Esta foto la tomé con un pie en alto. Había descubierto una hora antes que una sanguijuela se estaba dando un banquete en mi pie. El primer día del trecking, antes de la hora de comer, ya estaba sacando el botiquín.  Salvé la situación como medianamente pude pero la herida estuvo sangrando como tres horas más. Fue más engorroso que doloroso, la verdad.


Algún punto entre Kalaw y Lago Inle - día 2

Bueys de agua a remojo - día 2
El camino no parecía muy complicado, salvo algún tramo realmente empinado, pero la climatología complicó el asunto.  Cuando me crucé con estos bueyes dándose un baño, les envidié y deseé unirme a ellos. El calor era insoportable y echando la vista al frente, no se veía ninguna sombra a la vista.

Bajo el sol de Birmania - día 2

Por quejarme, el karma (que en Birmania trabaja mucho), me jugó una mala pasada. La segunda noche el monzón hizo su aparición en escena en forma de diluvio universal. No sólo no refrescó en absoluto sino que, al día siguiente, el terreno estaba embarrado, resbaladizo e intransitable.  Pero claro, no existía ningún plan B, así que, pa'lante.


Cerca del Lago Inle - día 3


Por fin, a lo lejos, el tercer día avistamos el final de nuestro camino, el Lago Inle. Tras dos noches durmiendo mal, tres días sin ducharme, lluvia, calor, sudor, tenía ganas de llegar al final pero, al mismo tiempo, me daba penilla que se acabara nuestro camino. Dejáríamos atrás a Puda, sus historias, sus preguntas sobre Europa y el contacto directo con los pueblos perdidos en las montañas.  (En próximas entradas me extenderé más sobre estas cosas, la forma de vida y demás).

Bambú - cerca del Lago Inle - día 3

La última etapa de la ruta fue atravesando un frondoso bosque de bambú. Fue un tramo muy agradable que hicimos prácticamente en silencio.  Ains...

Tras esta experiencia, nos llevamos un amigo nuevo, Tenson, un japonés muy majete que tuvo la gran fortuna de coincidir con dos españolas muy majetas que le sacaron de más de un apuro. Las buenas migas que hicimos que en agosto viene de visita a Madrid.


Pescador en el Lago Inle

Siguiente parada del viaje, el Lago Inle. Con 100 kilómetros de longitud y 5 kilómetros de ancho, os hacéis una idea de la inmensidad de este lago. Su belleza reside, no sólo en el paisaje, sino en la tribu que lo puebla, los Intha.

Aldea flotante de Yawnghwe - Lago Inle

Desarraigados (literlamente) de la tierra, los Intha han creado su comunidad flotante en el lago, con islas flotantes donde han sembrado huertos y construido casas. Aunque si algo les caracteriza es su peculiar manera de remar con los pies, única en el mundo.

Mercado flotante - Lago Inle

Los últimos días, los pasamos en Mandalay. La antigua capital real de Birmania conserva aún muchísimos lugares que visitar. Monasterios, templos...y el famoso puente de U Bein, con sus 1,2 kilómetros construidos en teka.

Amarapura - Mandalay

Monasterio Shwenandaw - Mandalay

La vuelta a España la hicimos desde Bangkok, así que aprovechamos el final del viaje para descansar algunos días en las playas del sur de Tailandia.  Como diría un amigo mío, "eso es gallina de otro corral", así que os voy a omitir esa parte, bastante irrelevante.


Siento lo regulera que son las fotos. Claramente, mi cámara se me ha quedado pequeña para mi ojo. En la próxima entrada, os mostraré una imagen más cercana sobre Myanamar y su gente.



13 comentarios:

  1. Entiendo que habéis hecho el viaje por vuestra cuenta, no? unas valientes. En visitas "occidentales" me decanto por eso, pero en Asia no me atrevería a ir sin guía ni hoteles reservados de antemano. Lo dicho, unas valientes.

    Descalza por el templo, subiendo al volcán esquivando cacas.... esos calcetines habrán ido a la basura directamente, jaja.

    ¿Y habéis estado 3 días caminando por las montañas??!!! La estancia con los granjeros tuvo que ser increíble: eso es hospitalidad (comerse las sobras de otros en tu propia casa).

    Por cierto, me pregunto cómo conseguiste sacar la sanguijuela ¿Con sal o esperaste a que terminara su banquete? Uff.

    Respecto al japonés... ve pensando en devolverle la visita el año que viene ;)

    Ooohh, ya se ha terminado. Espero ansiosa tu próximo post. Por cierto, me encanta la última foto... me la llevo ahora mismo a mi Pinterest ¿puedo?

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    1. ¡¡Qué maja eres leyéndote todo la parrafada!! Como se nota que lees a menudo, eh, jaja!

      Pues sí, hemos hecho el viaje a nuestra bola. Vietnam y Camboya también lo hicimos así y es facilmente planeable. En Birmana hemos tenido más dificultades ya que el gobierno tiene prohibido el acceso a los turistas a determinadas cosas (por ejemplo, a compara un vuelo de avión interno). Para algunas cosas, tuvimos que contactar con un guía local (conseguimos su contacto a través del foro de Los Viajeros, y lo llevábamos apañado desde aquí).

      De los calcetines, olvídate. Cuando digo descalza lo es del todo. Ante Budas, espíritus y monasterios, siempre con tus pies desnudos en el suelo. Ya puede haber cacas o solazo de 40 grados.

      La sanguijuela cayó sola. He leído que, cuando están saciadas, se desenganchan ellas. Así que asumo que así fue. Tengo foto del momento, pero me ha parecido un poco gore subirla, jaja.

      Píllate todas las fotos que quieras :)

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    2. Por cierto, sobre esa última foto... ¿has visto que al final del pasillo hay un tío durmiendo? jajaja!

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    3. sííí, jaja. Menuda siesta se está echando :)

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    4. ¿parrafada? ni que fuera una tortura, si me resulta de lo más interesante!!

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    5. ¡Gracias, maja! :) Así da gusto XD

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  2. quién es Tenson??? No se llamba Tanako?? Ains, que recuerdos, y que pena volver, que mi vuelta al curro no ha sido tan apacible :S

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    1. Ánimo mari!! Postura zen!! Acuérdate de las niñas asfaltando en Bagan :S

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  3. Fotazas! que maravilla de viaje guapa! sigo leyendo el resto de los post!

    Y la puta sanguijuela esa no es peligrosa?, no tienes que hacerte ahora nada.... mira que no sabemos aquien chupo antes.... :S

    La ultima foto parece portada de algun libro exotico policiaco! jajajja

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    1. En cuanto pillé acceso a internet, tres días después, me informé sobre el tema de la sanguijuela. Está todo controlado, aunque la "huella" sigue ahí, jajaja. Lo cierto es que, tras mi paso por las montañas, me preocupó más pillar el dengue, ¡jajaja! ESOS mosquitos la tomaron conmigo y no hubo ni repelente ni pulsera que pudiera con ellos.

      La última foto es de un monasterio en Mandalay, construido completamente en teka. Es que esta gente se echa a dormir en cualquier lado... a su ritmo y su bola. Y aunque pases por su lado, ni se mueven ni nada... cero vergüenza,jiji.

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    2. Te das cuenta que en tus viajes, siempre te visitan bichos...miratelo, el año pasado la rata esa de Yosemite y ahora la sanguijuela....jajajaja.

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    3. Jajaja!! Tú te das cuenta de que eso te preocupa más a ti que a mi? :D

      Cuando le dije a mi padre que me había mordido la sanguijuela me respondió con un "ah, bueno, eso no hace nada, yo de pequeño se las ponía a mi hermano en las sábanas".

      Relativizando...

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    4. Mary es que me preocupas jajajajaja.

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Vuela a la luna