A sus pies

Yo no lo sabía, o quizá es que no me había parado a pensarlo detenidamente, pero tengo una debilidad.  Masculina.  Hay mañanas que podría irme recorriendo toda la línea de metro detrás de un hombre movida única y exclusivamente por el olor de su colonia.  Siempre lo he dicho, hay colonias que tienen feromonas...  Esto no es nuevo en mí; los hombres que huelen bien ya tienen medio camino hecho conmigo.

Lo que he descubierto recientemente que también me hace bajar la guardia son los calcetines con dibujitos, colorines, llamativos... los calcetines que no te esperas.

¡Ojo! ¡Que no vale hacer trampa! La idea no es ir arremangado y enseñando calcetín vistoso. De hecho, lejos de ponerme, eso me produce rechazo.  Yo me refiero más al tipo de hombre que, va a su oficina, vestido entre formal y elegante y, de repente, al sentarse, te sorprende con un punto divertido.

¿Habrá una explicación freudiana para esto? ¿Me gustan los hombres de apariencia seria pero que son niños infantiles por dentro?  Podría ser...

También es posible que, en realidad, los que me gustan sean los hombres tan seguros de sí mismos como para mostrar un punto extravagente  sin sentirse ridículos por ello.

Cualquiera que sea la razón, el caso es que a mí me resulta de los más interesante un hombre con calcetines con colorainas y muñecotes.  ¿Y vosotras? ¿a favor o en contra?


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