Barbacoa en la terraza

Sí, es cierto, igual soy un poco ilusa al pedirle a la vida un piso con terraza. Pero de verdad os lo digo, me conformo con algo pequeñito, una esquina, un rincón, un sitio para leer y para plantar perejil. Lo importante no son los metros cuadrados, sino el encanto que le des. Y si no, mirad...

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¿No os parecen  los metros cuadrados más aprovechados del mundo?  Otra cosa es esta otra terraza que os presento ahora, que está en el centro de Nueva York. Sin embargo, por despampanante que sea, eso no es lo que quiero, es más, se aleja muchísismo de lo que deseo.

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 (Ojo: piénsatelo mucho antes de clicar aquí si no quieres darte cuenta de lo mísera que es tu vida)

Mucho más acogedora, práctica y de uso diario, esta pequeña terracita, donde caben sólo 4 sillas, pero desde la que puede uno ver el campanario de su pueblo.  Apuesto a que más de un@ tiene algo parecido en su casa, ¿véis? Si es que lo que yo pido es poco...

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Eso sí, con verde, mucho más verde. Si puede ser, mi otra gran apuesta: un pequeño huerto urbano. Como este, tan ordenado y tan completo. Sin duda, en esta terraza, lo que prima son las plantas...

Cualquiera de estas me vale...

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Que una cosa no quita la otra: de vez en cuando, fiesta barbacoa con los amigos.  Aquí está, la cutre terracita de mi vida:  amigos, barbacoa y menta fresca recién cortada para los mojitos.  ¿No es un planazo?

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¡¡Pues no os preocupéis!! Que no me voy a quedar yo con las ganas de hacerme una barbacoa en la ciudad. Y he aquí el leit motiv de esta entrada, la estupenda BBQ Bruce.  No neceistas muchos, donde te cabe un macetero, te cabe la BBQ Bruce, en un balcón, en una ventana... ay.. ya huelo esas chuletitas a la parrilla, esas brochetas, esa panceta fresca.... ¡salibando estoy!

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