Como ya dije en algún comentario, en realidad no ha pasado nada más que mi vida, que me ha absorbido más de lo que esperaba, especialmente desde que cambié de trabajo, hace ya dos meses. Vamos, que estoy bien, más que bien. Ocupada y entretenida pero bien.
Para resarcirme de mi ausencia, he tomado muchas fotos para actualizaros sobre qué ha pasado, qué he estado haciendo y qué me ha alejado de las redes este último mes.
Para empezar, el día 1 de septiembre fue mi cumpleaños. En cuanto descubrí que caía en sábado, decidí irme a Barcelona, a celebrarlo con a gente que más me apetecía ver, mi familia....
y mis amigos.
El nuevo trabajo me ata al ordenador, así que las horas que paso en casa, he intentado no tocarlo (lo siento, porque tampoco os he leído a vosotr@s) y he preferido hacer galletas....
...sembrar hierbabuena
...o tumbarme a leer en el sofá.
A finales de agosto terminé esta camiseta, que ya me habías visto empezar en mayo. Y aunque en la foto la llevo yo, decidí regalársela a mi madre quien, por cierto, considera que es mucho mejor llevarla a pelo y sin nada debajo, aunque sea calada y se vea la ropa interior.
En cuanto llegaron las lanas de invierno a la tienda, me embarqué en mi nuevo proyecto que, a primer cálculo, me llevará unos 7 ovillos. Ahí es nada.
En septiembre viajé a Ámsterdam, ciudad que he visitado mil doscientas veces y que, sin embargo, no deja de sorprenderme. Fueron días muy ajetreados desde el amanecer...
... hasta el atardecer.
Aprovechando que ya estaba en el aire, en lugar de volver a Madrid, hice una parada de 5 días en Budapest.
La última vez que estuve, no paró de llover, así que agradecí mucho que el buen tiempo me permitiera conocer otras zonas de la ciudad.
Con la llegada de las lluvias, me he obsesionado con el cuero... y podría vivir las 24 horas del día dentro de estos pantalones que me regaló A en mi cumple.
También fue un día de lluvia cuando descubrí que en la bañera también puedes beber vino y no me parece mal plan usar el jacuzzi en lugar de la piscina de Q.
Así que estoy preparada y motivada para este otoño. Trabjando como no lo había hecho nunca, horas y horas. Estoy en modo esponja, aprendiendo mucho e itentando absorverlo todo. Esa es la razón principal de mi silencio digital pero, creedme, vale la pena.
Espero que tod@s vosotr@s estéis también dando la bienvenida al frío.